
Lluís Hernández, deu anys de la mort d’El cura rojo

La dignitat i la utilitat

PERICO GARCÍA AZORÍN
He dedicado un tiempo importante a recopilar todos los artículos y escritos relacionados con la enseñanza que han aparecido publicados en la histórica revista Grama entre enero de 1969 (año de su aparición) hasta enero de 1981 (año de su cierre). He obtenido más de 500 artículos. Me ha permitido comprobar en primer lugar el tesoro que representa Grama, como testigo y observador de nuestra historia local: transparente, sincera y emotiva. También me ha permitido rememorar mis años jóvenes y mis vivencias y compromisos con mi ciudad, Santa Coloma de Gramenet.
Esa inmersión en el pasado me ha hecho revivir de forma nítida la injusticia que marcó a toda una generación. El ver a miles de niños sin plaza escolar año tras año, las aulas improvisadas en bajos y garajes, los módulos provisionales, la calidad de la enseñanza que se impartía -deseablemente mejorable- y la farsa de una gratuidad que no era tal, me ha llevado de vuelta a una serie de preguntas que, 50 años después, siguen resonando con fuerza.
La cuestión fundamental que emerge de aquella época es: ¿Fue el caos educativo que vivimos en los años 60 y 70 simplemente fruto de la negligencia y la mala gestión, o respondía a un plan deliberado? ¿Se buscaba, acaso, crear una población con formación deficiente, más vulnerable, manipulable y fácil de explotar? Y si las leyes que garantizaban una educación gratuita y digna existían, ¿por qué se incumplieron de forma tan sistemática y con total impunidad?

Las causas: entre la negligencia y la intencionalidad
Las causas directas son bien conocidas y están documentadas. El crecimiento demográfico exponencial, impulsado por la inmigración, nunca fue acompañado de una planificación urbanística ni de una inversión en servicios públicos por parte del régimen franquista. Faltaron miles de plazas escolares de forma crónica, las infraestructuras eran inadecuadas y el personal docente, insuficiente y mal pagado.
Sin embargo, al analizar el contexto, es difícil no ver una intencionalidad de fondo. Un régimen dictatorial se beneficia de una población con bajos niveles educativos, pues es menos crítica y más fácil de manipular. La falta de inversión en educación en zonas obreras, consideradas “potencialmente conflictivas”, y la priorización de la especulación urbanística sobre los servicios básicos, apuntan a un desinterés deliberado por la igualdad de oportunidades. El resultado de esta negligencia sistemática fue, en la práctica, la vulneración masiva del derecho a la educación.

Perico García
Pedro García Azorín. ‘Perico’ (Yecla, Múrcia, 1949), mestre, va arribar a Santa Coloma l’any 1972 com molts altres docents provinents de diferents zones d’Espanya. Va treballar a les escoles Torre Balldovina, Ferran de Sagarra i Lluís Millet. Es va implicar intensament en la lluita per una escola gratuïta i de qualitat en uns anys en què el panorama escolar a Santa Coloma i a moltes poblacions i barriades treballadores presentava un enorme dèficit de places escolars, ratios disparades (40 i 50 alumnes per aula), instal·lacions precàries (acadèmies en pisos i en baixos) i cobrament de permanències als pares (allargament de l’estada a l’escola, normalment una hora diària) que eren un complement de l’exigu sou dels mestres. Va formar part de la Comisión de Enseñanza, que participà en la redacció del Pla Popular (projecte urbanístic elaborat de manera participativa que es va convertir en el full de ruta de l’ajuntament democràtic). Va ser el primer regidor d’ensenyament de la democràcia a Santa Coloma l’any 1979 i va tenir diferents responsabilitats a l’ajuntament (PSUC i PSC) fins l’any 1991, en què va tornar a l’ensenyament fins a la jubilació.
A partir dels articles, estudis i reportatges sobre ensenyament publicats a la revista Grama entre 1969 i 1981 ha elaborat un extens treball del qual ens ofereix una síntesi.
Las consecuencias: una herida social profunda
Las consecuencias de esta década perdida fueron devastadoras. Miles de niños y jóvenes no solo vieron limitado su acceso al conocimiento, sino que fueron marcados con la sensación de ser ciudadanos de segunda clase. Esta falta de oportunidades educativas y la precariedad de las condiciones de vida crearon un caldo de cultivo para la marginación.

Fenómenos como el vandalismo en los módulos escolares, el trabajo infantil o el miedo de los jóvenes a acabar en un correccional no fueron hechos aislados, sino síntomas trágicos de un sistema que fallaba a su juventud. Cuando se niega la educación, se abren las puertas a la frustración, la desesperación y la ruptura del tejido social.
Conclusión: una deuda pendiente
Cincuenta años después, debemos reconocer el daño causado y pedir perdón a esa generación a la que se le negó un futuro digno. Pero no basta con lamentarse. Es imperativo reflexionar sobre los errores del pasado para no repetirlos. La impunidad con la que se incumplieron las leyes y la ineficiencia de la administración nos deben servir de lección. La lucha por una educación pública, gratuita y de calidad es la única garantía para construir una sociedad justa, donde el talento de cada persona, sin importar su origen, pueda florecer.
2 Comments
A finals dels seixanta i principis dels setanta havia nens de Santa Coloma que anaven a escoles de Barcelona, del Poblenou. Havien de fer trajectes de més d’una hora d’anada i de tornada a peu i autobús.
Buen trabajo Perico, una época de abandono y maltrato social, que gracias a GRAMA podemos tener el testimonio histórico.